20 de enero de 2014

Consecuencias desertoras.


Allí donde la voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias posibles y reversibles del propio hecho se materializa.
Allí donde autodestrucción se fusiona en la frialdad del metal y el hormigón. 
Allí donde el reducido volumen de aire es respirado por guerras racionales y pasionales.
Allí donde todo lo derruido busca una construcción a través de un haz de luz exterior.
Allí donde las palomas, a modo de ironía, revuelan con libertad ahora, donde allí ahora hay libertad, olvido y destrucción.


Lugar: Centro penitenciario abandonado, Herrera la Vieja.
Cámara: Sony DSC-H200.
Ojo: Juan Membrillo.
Texto: Juan Membrillo.

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