25 de septiembre de 2014

Saudade.



Lo confieso: soy un punto cardinal
Y no, no soy un punto cardinal cualquiera: soy el Norte.
Y sí, soy el Norte para perderlo, para perderme y para perderte.

Allí me levanto melancólica y me consuelo escuchando el rugido de los bufones secos cuando el temporal se esconde tras estratos curvos que dibujan playas imposibles, tan imposibles que nacen en praderas y dan la espalda a mi mar, ese mar frío que cambia de color como yo de viento.

A medio consolar y vestida de eucalipto, verde sol y verde lluvia, me alimento de nubes blancas y grises que invaden puertos de montaña.

[Nubes para desayunar, nubes para comer y nubes para cenar.]

Tras el empacho de nimbos, merodeo por senderos a la sombra de gigantes hambrientos que me quieren para merendar… y yo, muy lolita y vestida de eucalipto, me dejo devorar.

Después, bien entrada la noche, sueño con millones de estalactitas excéntricas y anárquicas que se me clavan dulcemente y me recuerdan que huelo a tierra húmeda y a manzanas. 

Y al alba respiro tranquila porque, aunque consolada, empachada y devorada, sigo siendo mi Norte.





Lugar: riscos llaniscos.
Cámara: Panasonic.
Ojo: Eduardo Alduán.
Texto: Irene Alduán.

8 de septiembre de 2014





El 24 de junio de 2014, por ejemplo, hice un foto de un 1 de enero que estaba por llegar y quedaba muy lejos. Allí, de espaldas y sentada en un banco, estaba yo protegiéndome de la lluvia, junto a un él que todavía no conozco. Resignada a los saltos del tiempo, resignada a un cuerpo que nunca me había pertenecido, resignada a una lluvia insospechada, miraba que el horizonte no se acababa, como una línea de tiempo de un manual de historia. No sabía si podía volver a junio del catorce. Sospechaba que sólo tenía que levantarme, mirar hacia atrás y volver a observar por el objetivo de la cámara, pero renuncié a hacerlo. Preferí quedarme allí, tranquila, en la resignación, en la renuncia y en una línea del tiempo que se parece mucho al horizonte.




Lugar: Muchavista.
Cámara: iPhone 5.
Ojo: Olivia Martínez Giménez de León.
Texto: 
Olivia Martínez Giménez de León.