Allí tú.
Y allí yo.
Sin poder ni
querer remediarlo.
Sin reparación
de daños.
Porque el
mar es tu yo más salvaje,
el viento mi
yo más fugaz
y el azul mi
yo más yo.
Y maldigo mis
caderas porque son las que se contonean hacia ti, hacia tus restos y mis
sobras.
Pero nada de
esto importa.
Son las
21:22 y, en realidad, no ha pasado nada.
Lugar: La Vila.
Cámara: Yashica MG-1.
Ojo: Irene Alduán.
Texto: Irene Alduán.