Allí
entendí el porqué de la piel de gallina.
Ese
momento de erizar, de ser todo tripas y nada corazón.
Un
quiero y no puedo, una milésima de doloroso placer.
Un
suspiro anhelante.
Debéis
saber que una se estremece cuando le tocan sin tocar, cuando sopla el viento, cuando le acarician la nuca, cuando se come un buen plato de
pulpo a feira y cuando le hacen el amor muy bien hecho. Cuando le
abrazan fuerte, cuando escucha Esa canción, cuando bailan con ella
en la cocina de su casa y cuando le miran de reojo mordiéndose el
labio. Cuando le observan bailar con los ojos cerrados y cuando come
cerezas.
Una
se estremece sin querer.
Y
ese es el porqué de la piel de gallina.
Lugar: Liencres.
Cámara: Yashica MG-1.
Ojo: Irene Alduán.
Texto: Irene Alduán.