26 de agosto de 2014

Emptiness ◊ Depth ◊ Hunger pangs ◊ Raging hunger



                                Allí quise retratar la piel evitando el uso de posesivos.
                                LA piel.   
                                Ni tu piel ni mi piel.
                                Sólo la piel.

Esa que cubre huesos prominentes, la que rodea músculos profundos, la que se pone de gallina. 
Esa piel que se amorata, que se hiere, que se quema. 
Esa piel que se intuye empezar pero no acabar. 
La que nos protege y, sin embargo, nos convierte en seres vulnerables. 
Ese tegumento que se extiende sobre todo el cuerpo animal, que sabe a sal después de un baño en el mar y huele bien después de estremecerse.


[Me gusta la piel tanto como las cerezas.
Ni mis cerezas ni tus cerezas.
Sólo las cerezas.

Y también me gusta comer con las manos.
Pero eso sí que con las mías.]




Lugar: Kérkyra, Grecia.
Cámara: Yashica MG-1. 
Ojo: Sergio Altuna.
Texto: Irene Alduán.

18 de agosto de 2014

Verano MMXIV



La mayoría de la gente piensa que las cámaras de fotos sirven para captar momentos, pero ¿y si no disponemos de carrete donde queden capturados? Pues bien, yo creo que es la propia cámara quien se encarga de retenerlos, es por eso que mirar mi colección de cámaras me lleva de paseo por la historia, por mi historia. 

Esta en concreto llegó a mis manos hace unos días, un regalo que ha llegado para recordarme un verano, este verano. 

Empiezo a despedirme de mi espacio, me quedan muchas vivencias y "convivencias"en la retentiva y parte de estas almacenadas en Zenit "el tanque" que se viene conmigo, y que me recordará que hubo un verano cargado de sensaciones y de números romanos. 

Un verano que a pesar de no haberse acabado ya colea.



Lugar: hogar.
Cámara: iPhone. 
Ojo y texto: Migue Consuegra.

1 de agosto de 2014

Verticalidad.



Antes de escabullirme del principio de aquel pronosticado final resolví tu valor absoluto, hallando el argumento y el conjugado de mi número complejo genérico.
Lamí mis heridas y las que no eran mías. Incluso lamí lo que no eran heridas, clavándome puñales e hincando rodillas.
Lustré mi mejor par de zapatos y me ceñí aquel vestido que solías arrancarme de a poquito.
Irradié la más azul de mis luces mientras barajaba posibles argumentos para no herir tu único eje cartesiano.

Y entonces, en aquel bosque y contigo caminando muy cerquita, 
comprendí que la verticalidad es, tan sólo, un estado más. 

Tú estado más natural. 
 Mi estado más pasajero.


Lugar: nacimiento del Vinalopó.
Cámara: Yashica MG-1. 
Ojo: Miguel López Jordán.
Texto: Irene Alduán.