2 de julio de 2014

Sosiego.



Hoy no voy a empezar por allí. Hoy empiezo aquí, desde el estado de tristeza que me habita. 
Desde la melancolía que caracteriza mi silencio oscuro y mi verborrea azul.
Desde mi yo más metálico, ese que nadie cree intuir pero algunos conocen a la perfección.

No soy tan transparente como parece. Ni fuerte. Ni valiente.
Soy un simple cuerpo que vivencia. Soy sonidos, soy olores, soy colores y soy tristeza.

Hoy echo de menos mi casa, mi gente, mi cama.
Ansío recuperar algo que ni siquiera sé lo que es. Ni siquiera sé si quiero recuperarlo porque ni siquiera sé si alguna vez lo he tenido.

Hoy escribo desde la placidez del llanto, desde la calma de mi lamento sordo, desde lo sereno... y estas insulsas palabras brotan tras un día de mar y piedras que ha conseguido allanarme.

Y es que no siempre la tristeza es triste. A veces, la tristeza, es bella.



Lugar: Soria.
Cámara: Yashica MG-1. 
Ojo: Irene Alduán.
Texto: Irene Alduán.


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